Visita a las Minas Romanas de Lapis Specularis

La Cueva del Sanabrio

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Visita a las Minas Romanas de Lapis Specularis

Visita a las Minas Romanas de Lapis Specularis

¿Qúe era el lapis specularis y que supuso su comercialización para el Imperio Romano?

El lapis specularis es un yeso cristalizado que se origina en las zonas geológicas kársticas, y por tanto, en zonas de tierra caliza como Cuenca. Es un mineral cristalizado que los romanos usaron como cristal de ventanas a partir del siglo I d.C., ya que los romanos no tenían un material transparente de ese nivel y usaban hasta esa fecha o bien armazones en madera o cortinas. Al llegar a Hispania y controlar esta zona, vieron el potencial de este material y comenzaron a explotarlo con fines comerciales.

Según Plinio el Viejo, un tratadita romano del siglo I d. C., en su libro Historia Natural, que era como una enciclopedia de la época, decía que el mejor lapis specularis de todo el Imperio estaba a 100.000 pasos alrededor de la ciudad de Segóbriga, por eso esta ciudad dispone de un urbanismo tan destacable, con su teatro, anfiteatro, circo y foro, porque se convirtió en el centro de gestión, administración y comercialización de todo el lapis de esta zona.

Este producto era un producto de lujo, ya que había que extraerlo de explotaciones mineras, transportarlo en carros hasta el puerto de Cartagho Nova (Cartagena) y de allí en barcos hasta Ostia, el puerto de Roma, para distribuirlo desde allí al resto del Imperio; es decir, el común de los mortales no disponía de cristales de lapis en sus casas. Estas minas son un ejemplo de la explotación de este mineral; hay centenares como estas en el territorio circundante a Segobriga, pero muchas están hundidas, tapadas, no accesibles, etc.

 

La Cueva del Sanabrio

De entre las minas romanas de lapis specularis que pueden visitarse en España destaca La Cueva del Sanabrio, dentro de los complejos mineros de la Hispania citerior.

En este caso particular tenemos dos minas, una que más que una mina es una cata, es decir, entraron buscando unas betas importantes, ya que es un material que sólo se puede sacar en planchas. Por eso, esta primera minas es más bien una cata,  la segunda es una mina como tal donde se ve muy bien como era el sistema de explotación.

La primera cueva se conoce como Sala de los Cuchillos, debido a que el lapis specularis nace en esta cueva en tiras longitudinales, lo que hacía imposible explotar así el mineral para hacer planchas, por lo que al no encontrarse betas nunca se llegó a explotar esta mina. Esta sala adquiere una gran belleza gracias a los cristales conservados, puede apreciarse la gran transparencia de los cristales de esta zona, lo que se gano la estima de las altas clases sociales de Roma.

La segunda cueva muestra un sistema de explotación como tal. En primer lugar hay una sala central, una especie de hall, que era el destinado a recoger el material proveniente de las galerías en primera estancia; desde aquí se extraía a la calle. Había dos formas de extraer el mineral a la calle dependiendo de la mina en concreto, una mediante una salida en vertical —a través de un pozo de extracción con un sistema de madera y un elevador a través de poleas—o en salida horizontal, como es el caso de esta mina.

Es importante destacar, en diferencia con respecto a la Cueva de los Cuchillos, la poca cantidad de lapis specularis que hay en las galerías, debido  que en esta mina sí que había buenas betas para explotar, y donde se pueden observar en todos los pasillos las marcas de los picos romanos a la hora de extraer el material. 

Estas minas son yacimientos arqueológicos  de la Antigüedad y que por tanto ayudan a entender cómo era la vida de una parte de la sociedad en época romana, ya que todo el esplendor de una ciudad como Segobriga, con sus templos, edificios de espectáculos, foro, etc., se basa en el trabajo de miles de mineros que explotaron esta actividad económica durante aproximadamente dos siglos.

 

¿Cómo visitar las MInas Romanas de lapis specularis La Cueva del Sanabrio?

La Cueva del Sanabrio se encuentra entre las localidades de Huete y Saceda del Río, a 8km de Huete dirección Priego por la CM 310 en el km 111. Están geolocalizadas en Google Maps como La Cueva del Sanabrio. 

Debido a la capacidad de las minas la visita se realiza en grupos reducidos por lo que es imprescindible realizar reserva previa a través de nuestra web o en el teléfono de la Oficina de Turismo de Huete 969 371 326. 

Estan abiertas todo el año y se realizan visitas regulares todos los sábados y domingos en el siguiente horario:

  • Sábados de noviembre a marzo (invierno): 10.30 - 11.00 - 11.30 - 16.00 - 16.30
  • Sábados de abril a octubre (verano): 10.30 - 11.00 - 11.30 - 16.30 - 17.00 - 17.30
  • Domingos: 10.30 - 11.00 - 11.30

El recorrido es lineal en ambas cuevas y de dificultad baja, se accede a través de una cómoda escalera y en su interior están adaptadas las visitas a todos los públicos. No recomendado para personas con movilidad reducida. Es recomendable llevar calzado cómodo y en la visita se facilitan linternas y casco. Y si además viajas con tu mascota, estás de suerte porque también son bienvenidas las mascotas en las Minas Romanas la Cueva del Sanabrio.

 

¿Qué visitar cerca de las Minas de Lapis Specularis?

Cerca tienes muchos recursos para visitar y adentrarte en La Alcarria conquense. Muy cerca tienes el monumental pueblo de Huete que te encantará, del que te recomendamos que reserves su Visita guiada para no perderte nada de su patrimonio. En el pueblo se hacen visitas desde la Oficina de Turismo sabados por la mañana y por la tarde, y los domingos por la mañana. 

También puedes visitar la Ruta de las Caras, un singular recorrido por la naturaleza descubrirendo las impresionantes esculturas talladas en la roca. 

Y por supuesto que si aún no conoces la Ciudad Romana de Segóbriga te recomendamos muy mucho su visita.

Un día se te va a hacer corto, ya lo sabemos, por lo que te recomendamos que leas Huete en dos dias y te alojes en un hotel lleno de encanto: Casa Palacio Conde de Garcinarro

Nos vemos Cuenqueando!


 



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